05 febrero 2008

"Botemos" a la Iglesia.


Me ha llegado un texto, que se supone que proviene de quien se dice en el mismo (El Grup de Rectors del Dissabte, es decir, un grupo de sacerdotes valencianos) Cuanto menos, una vez leído, me parece un contrapunto interesante que pone de manifiesto que dentro de la Iglesia no todo es borreguismo ante nuestros “pastores” y agachar las orejas asintiendo solemnemente a todo lo que se diga desde la apolillada jerarquía. Mas allá de lo acertadas que resulten estas propuestas a cada uno, parece interesante, cuanto menos, de cara a una reflexión, no ya sobre los contenidos en sí, (eso que cada uno lo masculle a su gusto), sino en relación con la instrumentalización política que en estos días vivimos todos y cada uno de nosotros y la orientación de dicha instrumentalización por parte de instituciones notables como la de los jerarcas católicos. Me asalta una duda y ahí os la dejo ¿Hasta qué punto un cristiano católico y votante convencido de cualquier partido que no sea el PP o La Falange puede o debe consentir que desde instancias como la conferencia episcopal se haga política disfrazada de moralina caduca, demonizando opciones políticas por las que tantos de sus "fieles" son partidarios?


A mí particularmente no me representan en absoluto. Es más, no reconozco ningún tipo de autoridad moral, religiosa, intelectual y ni mucho menos pólítica a Rouco, Camino y demás soplagaitas trasnochados al igual que a toda la Curia Vaticana al completo. Si para que quede clarito me obligan a apostatar, apostataré. Si para que me reconozcan miembro de "su iglesia" tengo que afiliarme al PP lo llevan crudo. Si creen que con eso van a despertar vocaciones también lo tienen claro, pero lo peor es que si de este modo lo consiguen es para temerle al futuro elenco de "pastores" católicos. El caso es que públicamente me considero cristiano seguidor de la figura y el mensaje de Jesucristo y consciente de que mi obligación como tal es la difusión de dicho mensaje, me veo obligado, siguiendo su ejemplo, a entrar en el templo, (en este caso a través de este humilde texto), agitando brazos, vociferante y cabreado y denunciar que la farsa y el mercado han llegado muy lejos esta vez, adueñándose de lo que a toda vista han perdido hace tiempo: la representación del mensaje de Jesús entre los humanos.


Independientemente de lo creyentes que podáis ser aquellos que leéis esta misiva, estaréis conmigo, si conocéis mínimamente la historia que os han contado de Jesucristo, en que la actitud de la jerarquía católica raya en lo absolutamente opuesto al mensaje del Reino de Dios. Tomadlo como si de un cuento se tratase, como si fuese una fábula creada al modo de caperucita roja o cualquier otra. Toda fábula tiene su moraleja independientemente de la realidad de sus personajes, y en este caso la moraleja de la historia de Jesús escrita en los evangelios ( que algunos como yo consideramos real aunque en parte modelada por los autores en un intento de transmitir con ejemplos, no siempre veraces o fieles a la historia, las enseñanzas del maestro), es cualquier cosa menos cercana al boato y a la pomposidad renovada del clero vaticano. Para el último cónclave, por ejemplo, del que salió elegido Ratzinger, muchos cardenales encargaron indumentaria nueva para estrenar en tan notable evento. Pues bien, un "uniforme" de Cardenal con sus fajines, gorritos, borlitas, zapatitos tipo bruja aplastada del mago de Oz, etc, etc, etc, llegan a costar más de un millón de las antiguas pesetas. El papa está luciendo atuendos nuevos profusamente abigarrados, por lo que no vale la excusa de que el patrimonio histórico que guarda la Iglesia no se puede destruir y es mejor usarlo; No. Se está adquiriendo nuevo, y estoy seguro de que no debe ser barato. A mí me daría más credibilidad, y sobre todo sentiría más cercano a un papa que diera su bendición Urbi et Orbi en vaqueros, sin duda alguna.


Me encantaría poder leer una carta del Papa abierta a todos sus “fieles” en la que, agradeciendo de antemano su generosidad, recondujese la actitud de muchos de regalarle joyas, cálices, mitras, casullas, estolas, etc,… bordadas en oro, hacia aquellos que seguramente celebrarían mucho más la inversión de algunos de esos milloncejos en sus comunidades, sus colegios, sus sanatorios, sus hijos,… El reino de Dios no se construye con oro sino manchándose las manos con la piel muerta y gangrenada de los leprosos de Calcuta, por ejemplo, o repartiendo cultura entre los más necesitados de esta. Con cinco millones de las antiguas pesetas podemos construir un colegio humilde en muchos países africanos y sudamericanos. ¿Cuánto cuestan muchos de los mantos y tallas “nuevas” que estrenan este año muchos de las hermandades de la Semana Santa en toda Andalucía? Si se puede elegir entre una vida con futuro más y un manto de plata nuevo, ¿cómo puede un verdadero cristiano no tener clara la opción a tomar? ¡Hipócritas!


Que la Iglesia católica condene el aborto, no solo lo veo normal sino justo y aceptable. Lo que ya no veo tan aceptable es que prohíba el uso del preservativo en todo el mundo para luego lamentar el sufrimiento de tantas mujeres y niños enfermos de sida. Tampoco entiendo como puede ser compatible que años atrás, representantes de la propia Iglesia católica mediasen e intercediesen en conversaciones entre gobiernos y bandas terroristas, (por cierto, conversaciones que mientras tuvieron lugar detuvieron la violencia y las muertes inútiles causadas por dicho terrorismo), para luego demonizar a aquellos gobiernos que hacen lo mismo cuando ellos no median o intervienen. Me parece igualmente detestable la actitud que se mantiene en relación al doble rasero de medir las cosas cuando se critica al gobierno actual de perseguir a la Iglesia mientras por debajo de banda se pone la mano para recibir la mayor cantidad de dinero que jamás ha recibido en la historia del estado español (un 34% más). Sabed por otro lado (y simplemente por poner un ejemplo), que "en teoría" no se puede recibir el sacramento del matrimonio sin haber recibido con anterioridad el de la confirmación. Preguntad a cuantas parejas casadas o con intención de hacerlo que conozcáis, ya sabéis de qué hablo. Hipocresía, hipocresía, hipocresía. La semana Santa en España, y en particular la andaluza no solo es una manifestación cultural sino algo que sigue siendo patrimonio de una Iglesia que ve con buenos ojos como un puñado enorme de "fieles" hacen ostentación de riqueza y derroche e incluso alimentan hostilidades y guerras intestinas con la excusa de una tradición que, si bajara Jesús y la viera exhibirse por la calle, dudo que resistiera la tentación de comportarse como en el mercado del templo. ¿Alguien se imagina a la figura reencarnada (si queréis fabulada) de Jesús, junto al cura y a las autoridades de turno siguiendo a un paso de Semana Santa por las calles de Sevilla? ¿Alguien lo imagina encadenado, descalzo y cargando una cruz de forma voluntaria por las calles atiborradas de gente y puestos de vendedores de pipas mientras en las 3000 viviendas se muere la gente por sobredosis? Hipócritas.

¿A cuántos obispos ha visto alguien manifestarse junto a los trabajadores de Delphi con motivo de las protestas que tantas familias llevaron a cabo para defender sus humildes y honrados puestos de trabajo? ¿A cuántos? Yo he visto a más de un cura (amigo mío más de uno), manifestarse en la calle semana tras semana para alzar la voz contra la precariedad laboral cada vez que ocurre la muerte de un obrero en su trabajo. También he visto a más de uno agarrado a pancartas clamando contra la, mal llamada a mi parecer, violencia de género o violencia machista. Ninguno de ellos lleva alzacuellos y casi todos ellos visten de paisano, aunque lo verdaderamente importante no es eso, sino el hecho de que sienten los problemas de la sociedad como algo propio y el objetivo de su acción y su compromiso. Ningún obispo a la vista. Solo parecen estar para oficiar funerales mediáticos o bautizos reales y para salir en manifestaciones de esas en las que se llena de incienso la calle y de turistas los bares cuando se saca a pasear a las tallas de turno. Por cierto, eso si, también los he visto manifestarse contra los matrimonios homosexuales, que tanto daño hacen a nuestra sociedad. Parece no haber nada peor que un “matrimonio” homosexual, así que tened cuidado todos, no vaya a ser que os “convirtáis” a la homosexualidad si por una “desgracia” os topáis con algún conocido que decide casarse siendo gay o lesbiana. ¡Qué horror!

¿De donde sacó la Iglesia católica española la pasta necesaria para montar el fantástico chiringuito que dio acogida a la fastuosa manifestación del 30 de Diciembre de 2007? Podría haber sido un poco más modesto dicho chiringuito y destinar el equivalente a ayudar a las familias con problemas. Cáritas ya lo hace, pero vuelvo a lo mismo: si hay que elegir entre un chiringuito meramente funcional y barato para poder ayudar aunque solo sea a 5 familias más creo que escogería el chiringuito barato en lugar del majestuoso púlpito desde el que se lanzaron perlas como la de Agustín García-Gasco, arzobispo de Valencia, que ha criticado "la cultura del laicismo", calificándola como "un fraude" que "sólo conduce a la desesperación por el camino del aborto, el divorcio exprés y las ideologías que pretenden manipular la educación de los jóvenes", y por lo que "nos dirigimos a la disolución de la democracia". ¿Disolución de la democracia? ¿De verdad se usa parte del dinero que los católicos ceden a la iglesia católica para erguir auditorios públicos donde se digan memeces como esta? No creo que los españoles den su dinero para eso a la iglesia católica.

Ahora parece saltar el gobierno del PSOE con la amenaza de exigir a la Iglesia Católica a cumplir con sus compromisos relacionados con su autofinanciación. Ojalá ocurra y le dejen de dar tanto dinero a la Iglesia católica. Que ella misma organice los mecanismos a nivel nacional para que aquellos que marcaban la crucecita en la declaración de la renta puedan seguir donando la misma cantidad de dinero de forma voluntaria. Mientras tanto, que el gobierno mantenga la cruz para que aquellos que queramos que dicho dinero se siga invirtiendo en causas sociales podamos decidir que así sea a través del aparato del Estado. Va a ser la ruina. A ver qué gallitos se ponen ahora.

En definitiva, la guerra no empezó ahora sino que viene de muy atrás. Esta no es sino el reflejo de otra más de las batallas o escaramuzas que se van manteniendo a lo largo del tiempo. Con seguridad vendrán muchas más. ¿Dónde nos situaremos los cristianos? De una cosa estoy convencido; Nuevos aires de Cisma planean sobre la Iglesia Católica. Ojalá devengan más pronto que tarde, pero mientras tanto no puedo sino recordar las palabras puestas en boca del maestro carpintero por medio de San Mateo 23.


8"Ustedes no esperen que la gente los llame maestros, porque ustedes son como hermanos y tienen solamente un maestro.9 No le digan padre a nadie, porque el único padre que ustedes tienen es Dios, que está en el cielo.10 Tampoco esperen que la gente los trate como líderes, porque yo, el Mesías, soy su único líder.11 El más importante de ustedes deberá ser el sirviente de todos.12 Porque los que se creen más importantes que los demás serán tratados como los menos importantes. Y los que se comportan como los menos importantes, serán tratados como los más importantes".