02 septiembre 2006

El fariseismo descarado.

Antes de imbuirme de lleno en la discusión de este mes de Septiembre, me gustaría agradecer a todos aquellos que me han animado y alentado a seguir adelante con el blog. También quiero pedir perdón por no haberme dado cuenta de que el sistema de inscripción para hacer comentarios era totalmente insufrible. Ya está solucionado y podeis hacer comentarios facilmente clickeando en el link adecuado.
Pues lo dicho, tras los agradecimientos varios y los avisos de rigor, me propongo ahora a afrontar un tema de rabiosa actualidad como es la escalada de tensión en Oriente medio que después de materializarse en la guerra de Líbano, promete perpetuarse continuando con Irán. Con toda certeza, el asunto no es baladí pues estamos hablando de energía nuclear. Resumiendo mucho para los que no estén muy al día, Irán que firmó en su día un tratado internacional de "no proliferación nuclear", pretende ahora reactivar su industria de obtención de energía mediante la apertura de nuevas centrales. Un paso previo para la puesta en marcha de una central nuclear, es el abastecimiento del combustible necesario para que esta funcione, "el uranio enriquecido". El problema es que la maquinaria necesaria para enriquecer uranio para una central energética es la misma que se usa para enriquecer uranio del que se usa en una bomba atómica. Es todo cuestión de dejar la maquina de enriquecer uranio funcionando más tiempo, con lo cual obtenemos uranio más enriquecido que el de las centrales nucleares.

El debate se suscita cuando hay quien pone en duda las intenciones de uso de la máquina de eniquecer uranio. ¿Se enriquecerá uranio un poquito para el uso de las centrales nucleares o mucho para hacer "armas de destrucción masiva*"? (*palabras mágicas que cual mago pronuncia de vez en cuando "el encantador de serpientes" y que provocan furor en las masas de incautos sufridores en casa). De hecho es cierto que si puedes enriquecer uranio, fabricar La Bomba es un poco menos difícil, pero también lo es que hay muchísimos países que firmaron en su día el tratado de no proliferación nuclear y que encienden sus bombillas con energía procedente del uranio que ellos enriquecen para alimentar a sus centrales, porque ese tratado no prohíbe a sus firmantes el uso de dicha energía para usos pacíficos. Pero claro, el caso de Irán es diferente porque si se te señala insistentemente con el dedo acusador, ya eres culpable a menos que se demuestre lo contrario cuando debería ser al revés.

Lo cierto es que Irán es sospechoso porque no ha dejado claras sus intenciones, obstaculizando incluso las inspecciones internacionales por lo que su programa nuclear ha sido suspendido al menos de palabra, que no de hechos. Pero no saber algo no significa que lo cierto sea lo que yo quiera. Que la comunidad internacional no sepa si Irán quiere fabricar armamento nuclear (porque no lo puede demostrar a causa de la ausencia de inspecciones que hagan un seguimiento de su programa), no significa que necesariamente su programa nuclear vaya destinado a un uso belicista aunque al menos sí que da que pensar. Pero conocer un poco la historia reciente de Irán en relación a este tema puede hacer que tengamos perspectivas alternativas, así como conocer no ya la historia, sino algunas de las historias que se nos presentan como ciertas y de las que no tenemos elementos suficientes de juicio para poder refutarlas o admitirlas.

Podemos leer en diversos medios de comunicación que en 1953, durante la Guerra Fría, la CIA ayudó secretamente a derrocar al presidente iraní, democráticamente electo, contribuyendo al regreso al poder del sha de Irán Mohammad Reza Pahlevi, que en principio parecía oponerse a la política de la Unión Soviética y por tanto era un potencial aliado de EE.UU. en la región. Para apoyar al sha, los EE.UU. construyeron en Teherán un reactor que hoy día constituye una de las mayores instalaciones nucleares del país y donde se lleva a cabo la mayor parte de la investigación en esta materia en Irán. Además, el uranio que alimenta estas instalaciones fué también donado por los EE.UU. y es este uranio ya empobrecido por el paso del tiempo y el uso, el que ahora temen entre otros George Bush, pues puede usarse para crear las temibles armas nucleares.

Partamos de la base de que no trato de disculpar a nadie ni de servir de papagayo del presidente Mahmoud Ahmadineyad, pero el hecho es que el que países como Italia, no ya Venezuela, Cuba Siria, etc..., defiendan el derecho de Irán en su pretensión de llevar a cabo un programa nuclear con intenciones pacíficas, avala de alguna forma a quienes creen que la soberanía de un país no puede ser objeto de un peligroso debate internacional cada vez que sospechemos de él por algún motivo. Quiero decir, que a pesar de que sea probable que Irán pretenda hacerse con La Bomba, esto no es condición necesaria y suficiente que le permita a otro país o grupo de ellos a invadirlo, aplastarlo o hacer pasar a sus habitantes un martirio económico y/o humanitario, sobre todo si este país o este conjunto de ellos está plagado de armas atómicas por doquier. No lleva a nada embargar a un país porque se sospecha de él que pretende construir armas nucleares si no se impide que pueda seguir fabricándolas durante el bloqueo, y claro está, el problema está en que ese es el siguiente paso al bloqueo, la invasión y la destrucción de las infraestructuras necesarias para ello y ya de paso también la destrucción de otras que lamentándolo mucho serán calificadas de "efectos colaterales".

Distinta es la situación en Corea del Norte, que no solo se regodea en su bravuconería sino que se permite el lujo de lanzar misiles por encima de las cabezas de sus vecinos, lo cual nos lleva a otro tipo de escenario, pero en el caso de Irán no se ha llegado a ese extremo, (al menos de forma directa ya que los misiles que Hizbolá ha usado en Líbano son pagados por él). Por otro lado, las conversaciones diplomáticas son las que tienen el protagonismo actualmente junto, dicho sea de paso, al enriquecimiento de uranio no frenado por el país. Mas allá de las intenciones iraníes lo que más me preocupa son las reacciones ante la situación. Los Estados Unidos de América argumentan que ante el comportamiento de Teherán, la única explicación posible es la búsqueda de armamento nuclear, lo cual sostiene la petición de castigo ante el Consejo de Seguridad de la ONU, mientras que Rusia y China, clientes del crudo Iraní, que también coinciden en condenar la postura de Ahmadineyad no apoyan una resolución de ese calibre por considerarla un ultimátum que podría abocar la situación en la región a un punto del que sería difícil salir airosos.
En cualquier caso, obviando las consecuencias desastrosas que para la estabilidad de la zona puede tener este nuevo enfrentamiento sustentado por los augurios fundados o no como en el caso de la guerra de Irak, si Irán se hiciera con La Bomba, ¿qué habría que temer de él que no se pueda temer de otros gobiernos que la tienen por decenas y que invaden países a su antojo sin mandatos internacionales que lo apoyen?, desde luego no cabría esperar ninguna alusión a la actitud belicista y/o extremista de sus líderes, pero como no, normalmente y por regla general, acaba ocurriendo así. Hasta ahora nadie ha lanzado una Bomba contra población civil a excepción del que más se queja porque los demás la quieren. Tenemos que tener en cuenta que Irán junto a otros países de semejante calaña han sido bautizados como pertenecientes al famoso "eje del mal" y claro está, después de eso, los motivos sobran. De modo que digamos como Jesucristo en aquella ocasión en que los fariseos preparaban sus piedras contra la "culpable", ¡Ay, de quien tire la primera piedra!.

En conclusión, nos encontramos ante una nueva escalada, que ya fue augurada en su momento y con suficiente antelación por cierto, en una región donde los intereses estratégicos son innumerables. La implicación de grandes potencias en el conflicto como China y Rusia frente a EE.UU. y la lamentable, pero constatable ultimamente, inoperancia de la ONU, no ayuda a pensar en una rápida y satisfactoria solución para todos, mientras tanto, los sufridores desde casa haremos quinielas sobre el desenlace de una crisis que lejos de dejarnos indiferentes debería hacernos reaccionar o al menos estar preparados para saber interpretar los acontecimientos que pueda depararnos el futuro y para permitirnos posicionarnos a cada uno donde encuentre más conveniente.